Cómo conseguir una piel suave y luminosa como la de un bebé de forma natural

Nuestra piel es la primera línea de defensa de nuestro cuerpo contra elementos agresivos, gérmenes, productos químicos y cualquier otra amenaza externa.

Es el órgano más grande y bastante impresionante en su funcionamiento, pero no es inmune a los “defectos”, el más común de los cuales puede ser la sequedad.

A nadie le gusta la piel seca. Te hace lucir vieja, arrugada y cansada.

¡Nadie quiere parecer viejo!

Tenemos dos tipos de piel: la dermis, que es la capa más profunda que da estructura a nuestra piel, y la epidermis, que es la capa externa que podemos ver.

En lo profundo, las células crecen y se reproducen, lo que empuja a las células más viejas a la superficie de la piel.

A medida que se acercan a la superficie, la estructura de sus células cambia. Cuando llegan a la superficie, están llenas de proteínas que retienen agua y protegidas por una envoltura proteica y lípidos (grasas).

Estas células están, a todos los efectos, muertas. Carecen de núcleo y de estructura celular verdadera.

Ahora son tu escudo, apilados en unas 10 a 30 capas de profundidad, y se convierten en la barrera natural de retención de agua de la piel.

Los aminoácidos libres y otras sustancias químicas naturales que se encuentran en la superficie de la piel son factores hidratantes naturales.

Sin ellos, tu piel estaría seca, quebradiza y se agrietaría fácilmente. Entre los factores dañinos se encuentran el jabón, ciertos productos químicos presentes en los cosméticos, el clima severo, la baja humedad y (irónicamente) el exceso de agua.

Cuando tu piel se daña y se seca, puede necesitar un poco de ayuda de humectantes externos.

Estos humectantes se clasifican como agentes oclusivos, emolientes y humectantes: ¡la trilogía definitiva para el cuidado de la piel!

Si quieres ese brillo todos los días, asegúrate de utilizar productos para el cuidado de la piel que contengan los tres.

Los agentes oclusivos forman una barrera que literalmente bloqueará la pérdida de agua de la piel.

Pueden ayudar a restaurar las grasas en la barrera lipídica (ejemplos de ello son los aceites y la cera de abejas).

Los oclusivos pueden provenir de fuentes vegetales como la cera de candelilla o la cera de carnauba.

También provienen de aceites pesados ​​como el aceite de macadamia, el aceite de ricino y la manteca de cacao.

Nos encanta la manteca de cacao porque huele muuuy bien y tiene ácidos grasos que hidratan profundamente la piel.

Los emolientes ayudan a mantener la piel humectada al reducir la pérdida de agua al rellenar los pequeños espacios en los que nuestra piel puede estar seca, escamosa o incluso agrietada. Usamos algunos de los mejores emolientes orgánicos naturales disponibles en nuestros productos para el cuidado de la piel.

Para pieles maduras sugerimos utilizar cualquiera o una combinación de estos emolientes naturales.

El aceite de coco actúa como un antioxidante que rellena y reafirma la piel para estimular la actividad celular, combate los efectos del envejecimiento y repara la piel áspera y dañada.

• Es un excelente humectante y tiene extraordinarias propiedades antienvejecimiento.
• Ayuda a restaurar la elasticidad y la hidratación de la piel.
• Se absorbe rápidamente, dejando la piel suave y sedosa, no grasosa.

El aceite de oliva está repleto de nutrientes que benefician la piel, incluidos antioxidantes, vitamina E, vitamina E y escualeno, que es extremadamente hidratante.

El aceite de aguacate tiene una combinación de antioxidantes, vitamina E, esteroles vegetales hidratantes y altos niveles de ácidos grasos monoinsaturados que atraen la humedad a la piel.

El aceite de argán es especialmente bueno para la piel seca debido a su alto contenido de vitamina E y ácidos grasos. Los antioxidantes ayudan a restaurar la elasticidad de la piel y la dejan más tersa y suave.

Los humectantes atraen agua a la piel, a veces desde el medio ambiente, pero principalmente desde los niveles más profundos de la dermis.

Algunos de los mejores humectantes naturales y nuestros favoritos son:

• El aceite de almendras hace que la piel sea más saludable y es rico en vitamina A , B y E que ayudan a mantener los niveles de humedad de la piel con una rápida absorción sin bloquear los poros.
• La miel está compuesta principalmente de fructosa y glucosa con proteínas, aminoácidos, vitaminas, enzimas y minerales. También es una gran fuente de alfahidroxiácidos que ayudan a eliminar las capas superiores de piel muerta, lo que favorece la hidratación.
• La glicerina vegetal es transparente y no tiene olor y tiene propiedades emolientes que suavizan y alisan las escamas de la piel, lo que ayuda a reducir la piel áspera y escamosa. También son agentes oclusivos: sustancias que proporcionan una capa de protección que ayuda a prevenir la pérdida de humedad (agua) de la piel.
• El aloe vera líquido penetra profundamente en la piel para una hidratación suprema.
• El ácido hialurónico es capaz de hidratar, suavizar y revitalizar naturalmente la piel y es una molécula natural que normalmente se encuentra en el cuerpo para ayudar a mantener las articulaciones y los ojos hidratados, al mismo tiempo que mantiene la piel con un aspecto joven.
• Las proteínas hidrolizadas de baoboa aportan un aminoácido llamado glutamina, que se especializa en la regeneración de las células.
• La manteca de karité es un maravilloso hidratante de la piel que se absorbe rápidamente, dejándola suave y sedosa, no grasosa.

Para un impulso de hidratación, prueba nuestra Crema de Noche Renovadora de Piel Orgánica